miércoles, 14 de noviembre de 2012

Benjamín Rojas: Entrevista

Su vida después de Rebelde way...


A los diez años, mientras se obnubilaba viendo en su casa las películas de Disney en las que soñaba actuar, Benjamín Rojas deseaba integrar el equipo de Los Pumas y ser una eminencia del deporte. 
Durante mucho tiempo fantaseó también con ser arquitecto, pero siempre estuvieron latentes sus ganas de actuar. “Al principio lo tomaba como un juego. Arranqué de muy chico, pero siempre jugaba a inventar personajes o a crear situaciones con mis tíos o mis primos para que otros se la crean”, confiesa. 
Al repasar su infancia, se detiene en el momento en el que a los 12 años Cris Morena lo convocó para actuar en Chiquititas. El comienzo de su carrera fue gracias a un tío que le sacaba fotos y las repartía en agencias de publicidad 
Hoy, con 27 años, Benjamín Rojas vuelve a sentir el cosquilleo en su panza. Tras varios trabajos en televisión, le toca asumir el desafío de debutar en teatro con Huicio Husto, una obra del off porteño, en la que encarna a un juez bastante grotesco. 

–¿Cómo te sentís con este proyecto?
–Muy contento. Siempre traté de involucrarme en proyectos que me exijan. Esto del teatro independiente es nuevo para mí, pero me adapté bien. 
–Vas a interpretar a un juez.
–Sí. La historia se basa en un juicio donde hay nueve personajes en escena todo el tiempo. Al espectador se le habla como si fuese jurado. Se trata de un crimen a un sindicalista gastronómico cuyo espíritu juzga lo que cada uno hace en el estrado. Todos los personajes son llevados al extremo. Tiene mucho humor. 
–¿Qué te gustó de la propuesta?
–Es un desafío. Cuando me pasaron el guión lo leí sin ningún tipo de condimento especial. No tuvo que ver que los directores sean mis amigos. Yo quería empaparme de todo esto del circuito off.
–¿Por qué en este momento?
–No fue digitado. Me parece que tiene que ver con los tiempos de maduración míos como persona y como actor. Cuatro años atrás no se si me hubiera animado. Yo soy un actor que nació en la televisión y eso, a veces, no te da lugar a hacer otra cosa. Ahora dije que iba a apuntar los cañones al teatro. 
–¿Estás alejado definitivamente de la tele?
–Todo se analiza. Yo ahora me metí a full con el teatro, pero hay posibilidad más delante de hacer algo en tele. Son las reglas del juego, a veces estás y otras no. La idea es que Huicio Husto empiece en La Clac y después irnos de gira si anda bien. Estoy a disposición de las oportunidades. Hay una regla que no quiebro jamás y es que todos mis trabajos generen interés en mí para crecer. Tengo como una apuesta a crecer como actor y no quiero perder en el camino.  
–¿O sea que ya no va más eso de “galancito”?
–Todo eso es una etiqueta que te ponen. Yo nunca me hice cargo. No porque no me guste, sino que no era lo que quería. Me llamaban para hacer de galán y si me divertía, aceptaba, pero no es algo que quisiera hacer. Me sirvió mucho pero ahora demuestro que también puedo hacer otras cosas. Llega un punto que no te rinde.
–¿Por qué no elegiste una obra de teatro comercial?
–Son épocas. En el momento en que abrí la puerta para hacer algo de teatro, no tuve mucha variedad. Me interesó este libro, no sabía ni dónde ni con quién se hacía. Los llamé y les dije que me encantó el personaje y que lo quería hacer porque me hace pelar cosas interesantes de mí mismo. Sólo eso. 
–¿Tiene que ver con la exposición?
–Al principio de mi carrera me costó muchísimo. Yo tengo una personalidad que no es de líder de grupo, a mí me gusta ser parte y no que me destaquen. No reniego. A veces la aprovecho, incluso. 
–¿Te consideras famoso?
–¡Es la pregunta más difícil que me hicieron toda mi vida! Soy consciente de mi popularidad, pero en lo personal no me afecta. Si salgo a patalear, es como enojarte como un panal de abejas.

Con 27 años y muchos de carrera en su haber, es la primera vez que Benjamín Rojas se corre del lugar de “galancito teen” para encarar un personaje con mayor demanda desde su composición. De todas formas, dice, las mejores anécdotas las cosechó en la etapa en que su rostro era visto en simultáneo en varios continentes.

–¿Qué anécdota imborrable tenés de esas épocas?
–Rebelde Way fueron dos años que nos marcaron para siempre. Tuvimos desde peleas con tripulaciones de avión hasta un encuentro con fans en Israel que nos hacían regalos insólitos. 

–¿Qué fue lo más raro que te regalaron?
–Una batería. Fueron a Promusica y pagaron una batería a nombre mío y después me mandaron un mail avisándome. Yo pensé que era una batería de auto. Llamé a esta fanática para decirle que estaba loca. ¡Era mucho! Pero bueno, la cambié por una guitarra.
–¿Hay alguna cosa que nunca harías en cuanto a lo laboral?
–No haría lo que hacen algunos famosos de ir a bailar a un cumpleaños de 15 seis segundos y que te paguen 10 mil pesos. No por una cuestión de ética, sino porque no tengo ganas de irme a Pilar un sábado a la noche cuando estoy comiendo con mis amigos.  

Fuente: Infonews

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